20 de Febrero 2007

II

Caricias de sal
lamen en el silencio
la tibia noche.

Escrito por Turandot a las 3:43 AM | Comentarios (9)

8 de Febrero 2007

Veintidiez

Feliz Cumple


Me acuerdo del día en que te conocí –este dato no es necesario que se lo demos a J.J.- el primer día de clase. Llegué al aula 16 ( recuerdas, ésa era la nuestra) y en el banco de fuera estaba sentada Joana. Fue la primera con la que hablé, con su reluciente sonrisa sobre su cara tan morena y esos pelos indomables. Luego vino Vero, siempre de negro y con esos rizos pelirrojos, ellas ya se conocían de antes, quién nos iba a decir que se harían tan amigas, para años más tarde hacerse tan enemigas. Entonces no lo sabíamos, entonces ni siquiera sabía que la última que llegó a sentarse a nuestra fila, una chica de melenita rizada, muy seria y con carita de buena, se convertiría con el tiempo en una de mis mejores amigas. También estaban Dani, Dori y Victoria. A Caty y el lobby poblero lo conoceríamos más tarde. Qué años tan increíbles aquellos.
Me he propuesto, hoy, recordarte ciertas cosas.
Esas excursiones con Guerrero “botando tancas”, las prospecciones con Afonso y las teorías sobre el trigo del Báltico para justificar las conchas de almejas del huerto, que no eran sino restos de paella de domingueros, las prácticas en el laboratorio con las becarias babeando por Manel, y el rubito ¿te acuerdas? ¡Ese nos gustaba a nosotras!, los viajes de Marieta a Estambul, las risas en el archivo de Mallorca, tu paciencia al hacer trabajos conmigo (no me gusta, no me gusta como ha quedado este epígrafe... quita lugar de los hechos pon... escenario del conflicto, no, no, no, eso no, pon ubicación geográfica, no, no, quítalo quítalo, lo tengo, lo tengo, pon...pon... teatro de operaciones! – y así toda la tarde-) Chuloboy preguntando que era el Sílex (pero seguro que sabía lo que era látex), Pere y las pegatinas de la Quely, y su streaptease –nointegralporculpadejoan- Luis Heredia y su caravana del amor, el nacimiento, vida y extinción espontánea de Los carroñeros Luminosos, lástima que sólo cambiaramos un mes del calendario. El trabajo del Golfo a tres bandas, el de Contemporánea con el pobre Lucas que llevábamos de cabeza, las carreras para pillar el bus en el que iba Jorge ( ayyy...) y cuando ya tuviste el coche, ese tan viejisisisimo ( Odisea en Porto Pí) tú conduciendo, ya de noche cerrada por el atajo del campito y yo guiándote ( derecha, derecha, a dónde vas? Ah, esa es la derecha? Pues izquierda, izquierda)– a raaaasss- con la cabeza asomada por la ventanilla porque no había manera de desempañar el vidrio, las fiestas de nochevieja, ese Dj Khun, esas clases de baile con Tita y Jesús ( Dios, qué hombre, hacía que nos creyéramos Ginger Rogers).
También ha habido momentos tensos, cuando el show de Sonia, o la escapada “cubreagabrieladesuex” saltándote semáforos en rojo, o el niño cubano de Miguel, o cuando huímos del “Fool of the pool” por culpa del amigo pijo de Sonia, la historia interminable de Nieves (que trabajaba en el Zara y que tu novio- Marilén- trabajaba con ella), el tormentoso viaje a Port Aventura con perlas como... “es que su hermano dice que voy drogada”, ese cura secuestrando a tu marido en el altar, apedreado luego por toneladas de “la Fallera”, el trivial maldito, la noche de fiesta pijama en casa, cuando el psyco vino a llamarnos la atención!
En definitiva, porque podría no parar, que han sido muchísimas las cosas que hemos vivido juntas, complicadas algunas, divertidas las más, y hoy, que me consta que estás un poquito deprimidilla por eso de cumplir veintidiez, quiero recordártelas. Nos lo hemos pasado muy bien, hemos reído y llorado juntas, nos hemos apoyado y salido de todas más o menos indemnes. Así que no te quejes, chula, que sí, serán veintidiez pero, y de eso me siento muy orgullosa, soy testigo de que no te lo has pasado tan mal, y además ¡mírate! Estás estupenda, tienes un marido increíble, un capricho de la naturaleza – ¡El único Rodríguez normal de la familia!- (no es porque te lo presentara yo :p) una casita con tus cortinitas y tus mueblecitos nuevos, esa puerta por dioooooss, esa puerta que ha costado un capital entre pelas y disgustos, dos mascotas, coche, un trabajo que te llena ( dile a la monja que te pondrás enferma y vente de viaje, vaaaa...) amigos y una familia ( que por algo eres mi hermana mayor adoptiva aunque ya no te quedes a dormir a casa) que te quiere muchísimo!
Querida, yo firmaba ahora mismo por estar como tú de aquí dos años!Feliz Cumpleaños Vanessita y anímate, tonta, ni que sea por los regalos!

Escrito por Turandot a las 2:02 AM | Comentarios (8)

6 de Febrero 2007

...

La vida pasa, y estos días; siento que me deja atrás.

Escrito por Turandot a las 2:02 AM | Comentarios (9)

2 de Febrero 2007

triángulo

Ursa major et minus




Era una noche de mayo. Hacía frío fuera de la casa. Dentro, el bullicio de más de una decena de invitados se confundía con la música, y aunque parecía imposible conciliar el sueño en esas circunstancias, dos de las chicas dormitaban en uno de los sofás, cerca de la chimenea.
Yo le ví salir por la puerta de la cocina, lo entendí como una provocación, y me pareció divertido seguirle. El inesperado viento gélido azotó mis mejillas sonrojadas por el baile, la manta con que me guarecí arrastró mis pasos hasta los suyos. Estaba apoyado contra el muro de la casa, que se levantaba insultantemente blanca entre el verde espesor de la maleza descuidada. El cielo, límpido, se encontraba tachonado de estrellas. Sus ojos refulgieron por un segundo al cruzarse con los míos. Después su sonrisa hizo que lo olvidara. Empezamos una conversación trivial, estúpida, vacía; no la recuerdo. Ambos levantamos la vista al techo salpicado de luces, y aprovechó para acercarse un poco más a mí.
–¿Ves?- señaló.
-Ahí está la Osa Mayor. Fíjate en los dos puntos más brillantes.
Intenté fijar la vista en vano.
–Ahora- prosiguió mientras me recolocaba en el espacio sujetándome de los hombros- dibuja mentalmente una línea entre ellas, si sigues alargando esa línea cinco medidas más hallarás Polaris -resolvió orgulloso justo antes de bajar la mirada para asegurarse que la mía le seguía, y así debió de ser, porque ambas volvieron a encontrarse. Me pregunté en un instante cómo se mediría la distancia ínfima que habíamos dejado entre sus labios y los míos, y resultó ser, que esa medida tenía un nombre. Mónica. La presentí de inmediato, como ella nos había presentido a nosotros. Intuí el chirrido de la puerta y retrocedí unos centímetros. Los suficientes para que ella creyera que nos podíamos haber besado, pero no para estar segura de ello. Imagino que la cara de imbéciles la acabó de convencer. Aún así se la veía bastante afectada como para reaccionar, y se lanzó a los brazos de él, llorosa, suplicando un abrazo que desmintiera lo que había imaginado. Y así fue. Ninguno dijo nada. Ella se hundió en su pecho, él acarició sus bucles rojizos y yo me retiré, en silencio, para tomar parte de nuevo del alboroto general. Me acerqué a Raquel y Teresa, y pregunté si sabían qué había pasado. Raquel, diligente, me explicó que Mónica había tenido una pesadilla mientras descansaba, que abrió los ojos y al cabo de unos segundos empezó a llorar. Teresa, bastante más perspicaz, susurró a mi oído un -Sí, la pesadilla se llamaba todos menos él y tú .
La verdad, es que había olvidado por completo este episodio. ¿Cuántos años hará de eso? La fecha de edición del libro podría darme una pista; es del 2003. El libro en cuestión, me lo regaló él esa noche, pero nunca sentí la necesidad de leerlo hasta hoy. Y hoy, es que he descubierto ojeando sus páginas, lo que estaba esperando ser descubierto años atrás. Un párrafo resaltado torpemente, con el trazo que presupone haber empuñado el lápiz con prisa y sin cuidado. Recuerdo perfectamente que el libro descansaba en su envoltorio transparente, y que lo arañé al abrirlo entre burlas, porque era ya sabido por todos, mi costumbre de coleccionar libros sin quitarles el plástico. El poema resaltado hubo de ser marcado esa misma noche, y reza así:

Tú, entre toda la Creación, eres mi alegría
Y la máxima aspiración que al Tiempo pido.
Siempre que la angustia me acomete, tu recuerdo es mi vino y mi arrayán.
Por ti daría hasta el último aliento que poseo,
Pero tengo paciencia y aguardo sediento junto al agua cristalina,
A que sea tu mano quien me la ofrezca.
Tengo esperanza y sé que cuando no haya testigos
Obtendré de su semilla el fruto que espero.

Debió pensar que le ignoré. Probablemente, fue mejor así.

Escrito por Turandot a las 7:09 AM | Comentarios (10)