30 de Junio 2005

Trista

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Cuando era pequeña, mi abuela ( sin mucha base científica pero con muy buena fe –es lo que tiene ser educada bajo la doctrina católica-) siempre me decía, que “ses nines dolentes van a l’infern” y entonces, una se esforzaba por ser responsable y buena para ganarse el cielo. Cielo que para un niño se entiende mucho mejor en forma de chucherías o permiso para ir al jugar al parque, puesto que eso de vivir entre las nubes y comer Philadelphia todo el día me quedaba muy lejos.
Y así se ha ido conformando mi moral durante todos estos años, no sé si creo en dioses o en profetas o en estatuillas de bronce, pero sí he creído siempre en que si haces las cosas bien, al final te toca un pedazo de cielo; y que si las haces mal, dentro de la sorpresa te toca un trozo de infierno... o eso creía hasta hoy.
Es terriblemente injusto. Siento como si hubiera hecho lo imposible por ser esa niña buena y al final en vez de la chuchería me hubiera tocado el castigo. ¿De qué sirve entonces el sacrificio si no obtienes beneficio alguno? A veces no es suficiente que te digan que eres buena, que lo haces bien; a veces necesitas ver, tocar, sentir tu recompensa. Y lo que más fastidia es cuando te la ponen delante de tus narices y te la arrebatan después.
Me pregunto qué habré hecho mal esta vez. Quizá formulé mal mis deseos. Quizá mi hada madrina decidió abandonar. Quizá es cierto que no merecía ni eso... quizá, quizá ya no haya nada que valga la pena.


Pd: Después de unos meses horribles en cuanto a falta de tiempo, iba a tener un descanso para poner al día mi vida, y entre las pequeñas cosas que le daban sal a ésta, también el blog. Pero como he dicho “iba”, ya no.
Saludos y besos muchos, a aquellos que aún se pierden por esta página, quién sabe, quizá algún día vuelva a ser lo que era.

Escrito por Turandot a las 4:32 AM | Comentarios (23)